lunes, 2 de noviembre de 2009

¡Fiestaaaaaaa!

Y no lo digo por la fiesta de Halloween de este fin de semana, que la hubo con juerga, calabaza, monstruos y brujas, guitarra, Elvis y Sabina hasta las cuatro de la mañana, con cabreo de los vecinos e intervención de "los grises".

Lo digo porque al día siguiente se me ocurrió ir a la catedral católica a la misa de Todos los Santos. Llevo un tiempo en horas bajas divinas, yo que siempre había sido tan rezadora y tan confiada en la providencia de Dios. La cuestión es que pese a ello, tenía curiosidad por ver una misa en otro idioma y por ver cómo se vive la fe católica en un país musulmán.

Pues bien... la misa duró ¡una hora y media! Era un megamix de francés, portugués, español, inglés, etc., supongo que para que nadie perdiera el hilo viniera de donde viniera. Pero lo que más me llamó la atención fue que ¡la misa era una fiesta! Los cantos eran tan animados (o más) que los de la noche anterior, ¡tenía que hacer esfuerzos para no ponerme a bailar allí mismito!

Iba a poner un vídeo de la marcheta pero pesa mucho.

Había muchos ritmos africanos, porque muchos de los asistentes eran de raza negra, alguno en francés, y hasta alguna canción en un español que no se entendía casi nada. Pero ¡vaya marcha! Nada que ver con la seriedad y el aburrimiento, digoooo recogimiento, que se respira casi siempre en España. Lo mismo los obispos españoles se echaban las manos a la cabeza, que ellos son más partidarios de volver al latín. Pero a mí qué queréis que os diga, que me ha gustado. A la gente se la veía feliz, sonriente, simpática. Nada que ver.

3 comentarios:

S. dijo...

pues qué envidia niñaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

Bueno, pues no sabes cuánto me alegro de que en algún sitio las misas sean algo festivo, me habría encantado estar allí. Si por aquí los "divinos" fueran más "mundanos" las iglesias estarían más llenas, es más, hasta es posible que volviera yo... (que ya es raro...)

GUIZMO dijo...

No soy creyente, ni he sido bautizado, ni he hecho la comunión y en el cole siempre fuí a ética en vez de a religión. Dicho esto, hace años viví nueve meses en USA y una de las familias en las que estuve me invitó a acompañarles a misa (por cortesía lógicamente accedí). Por lo menos fue una experiencia "curiosa" ya que allí la gente no paraba de cantar, tocar la guitarra y dar palmas. Me pareció un método mucho más atractivo a la hora de atraer y fijar creyentes que el que al parecer usan por aquí.