A todos nos pasa de vez en cuando.
Vemos alguna cara que ¡uyyy...! no tenemos ni remota idea de cómo, cuándo ni por qué pero cononocemos.
Pues eso me ha pasado a mí hoy.
He cogido el autobús hacia las 19.20. En la parada había esperando un chico más joven que yo, algo pálido, con expresión seria e incluso triste -pero no porque esté así en ese momento sino porque la expresión que yo recuerdo de él es así...-.
Lo conozco de algo y no consigo recordar de qué; y el caso es que a él le debe de pasar lo mismo. Lo miro, me mira, desviamos la mirada. Me mira, lo miro, miro a la calle desde la ventanilla. Lo miro de reojo y me mira de reojo. Y así todo el rato, jaja. Y yo haciendo un repaso mental de los últimos años a ver de qué narices puedo conocerlo, pero nada. Y creo que él estaba en las mismas.
Quizás si fuera más extrovertida me habría lanzado a preguntarle algo así como "¿Nos conocemos de algo? porque tu cara me suena..." pero habría parecido un truco barato de ligoteo y tampoco era cuestión, jajaja, aunque al menos habría salido de la incógnita.
En fin, chico misterioso del autobús: que sepas que te conozco... hum... pero como si no, jaja, porque no sé de qué ni cómo, cuándo ni por qué.
Quizás si fuera más extrovertida me habría lanzado a preguntarle algo así como "¿Nos conocemos de algo? porque tu cara me suena..." pero habría parecido un truco barato de ligoteo y tampoco era cuestión, jajaja, aunque al menos habría salido de la incógnita.
En fin, chico misterioso del autobús: que sepas que te conozco... hum... pero como si no, jaja, porque no sé de qué ni cómo, cuándo ni por qué.
Nota: ¿vosotros qué habríais hecho? ¿os habríais lanzado a preguntar?